No. 10

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Té de ginseng, ginko biloba, café
Más quisiera que esto fuera un smoothie
de LSD con salvia divinorum
y maracuyá

Y que me fuese servido
por una iguana enana sirvienta
azul eléctrica, rojoesmeralda
naranjamatista ámbar

Sí, ojalá pudiera alucinar
con dignos enteógenos
Más sólo cuento
con el escarabajo mascado
que tengo por cerebro

Vería todas las venas y arterias de mi cuerpo
como una interminable orgía de rayos
y centellas cosquillentas
Y a mi sangre como lava
de una lámpara de lava

Sí, sí, si estubiera bajo las efectos
de una pristina cristalina mezcalina
o mágico chamanico peyote
posiblemente tomaría una paloma, le abriría el pico
soplaría, la inflaría hasta volverla dirigible aerostático
Y me iría volando hasta la primera, única y última maravilla
de la vía láctea: La cima de la montaña de tu regazo

O bien escarbaría hasta llegar a la guarida del conejo cara de dado
O me metría en el ropero-ascensor y ascendescendería
hasta encontrarme con mi yo-pásajero-huésped de 6 años
O bien abriría la puerta de mi cuarto una y otra vez
hasta que por fin el desierto estubiera al otro lado

De estar drogado quizá
sólo me tiraría al suelo intentando abrirme el cráneo
con los abrelatas y destapacorchos de mis dedos

Probablemente sólo me escondería
bajo la cama hasta que se fuera la pandilla
de ratones cabeza de mosca del futuro
que han venido a buscarme
para robarme la carne de los labios

Pero, oh, ¿Qué se yo?
si esto es sólo té

¿Verdad, electroiguanidos?

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