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1. Hubo un estruendo y despertó por vez primera, sobresaltado.

2. Se encontró en las tinieblas temblando y sintió frío y miedo.

3. De inmediato se dio cuenta del frío y el miedo. Y surgió el escalofrío que hizo surgir la calidez y la tranquilidad.

4. Y se sobrecogió. Se dio cuenta de que había sentido y se abrazó a sí mismo con extrañeza. Percibió que había sentido extrañeza y más aún, su propio cuerpo. 

5. Al sentir su propio cuerpo en su abrazo, comenzó a palparse y descubrió y entendió el tacto.

6. En seguida se formó una imagen de sí mismo y entendió los asuntos de las formas y el espacio. Las dimensiones, los tamaños. En un principio interminable, inacabable. Más pasaron los eones hasta que se jactó de los bordes, las delimitaciones y del transcurso de los eones.

7. Supo entonces de los transcursos y surgió el tiempo. Y se sintió entonces más pequeño, diminuto. 

8. Llegó otro sobresalto y con el nuevo sobresalto por vez primera la duda. 

9. Sintió su respiración llenando su interior. Su hálito entrando y saliendo de su interior. Y descubrió que tenía interior. Y que era en su interior donde se originaba el frío y el calor.

10. Con esto vino la revelación de la respiración y con la revelación de la respiración vino la revelación y entendimiento de la vida. 

11. Y Él que Es abrió por primera vez sus ojos.

12. Y vio que las tinieblas a su alrededor se desvanecían poco a poco. 

13. Y pudo ver el vapor que surgía de su interior aclaraba las tinieblas. Y vio que el vapor no era ni frío ni cálido, más tenía aroma. Y al respirar su propio aroma se maravilló. 

14. El vapor comenzó a condensarse y el resultado de la condensación fue la definición de su cuerpo. Y su cuerpo era vapor de luz primigenia de efervecente incandecencia. 

15. Asombrado por la incandescencia sin igual de su luz, el Ser Original sonrió.

16. Y al percibir que sonreía llevó a su mano de luz a su boca, tocó sus labios, sus dientes, su lengua.

17. Y halló sus dedos dulces y se deleitó.

18. Con el deleite arribó un tercer sobresalto. Y el tercer sobresalto fue el conocimiento de que estaba formada en su núcleo una palpitación.

19. El Absoluto encontró que poseía núcleo, un corazón.

20. Su deleite se multiplicó diez mil veces y su cuerpo de expandió también diez mil veces.

21. Sus poros de seis puntas comenzaron a emanar Luz líquida y dulce que se dirigía hacia las ocho direcciones alrededor del Creador Recién Nacido.

22. Y vio con agrado que la Luz líquida y dulce que se expandía hacia las diez direcciones cambiaba su color, dependiendo de la dirección tomada. 

23. Fue así que surgieron los siete colores, más un octavo que no era como los otros y que era casi imperceptible.

24. Pero el octavo color hacía que los demás colores obtuvieran su color, y podía combinarlos y crear nuevos colores.

25.- El Ser vio que sus emanaciones formaban puntos y esferas palpitantes de los ocho colores a su alrededor, cerca y lejos.

26. Los círculos palpitantes de luz parecían contemplarle sin contemplarle y fue pues, que Él pronunció por vez primera el primer sonido.

27. Y las esferas palpitantes estallaron al unísono y desprendieron tras de sí setenta mil esferas que a su vez desprendieron otras setenta mil esferas más cada una, y se expandieron por todo el espacio.

28. El Eterno escuchó la primera voz. Su propia voz y su efecto sobre Él y lo demás.

29. Y descubrió la risa. Su risa. 

30. Rio tanto y le gustó tanto su risa que hubo un estallido más que fue la carcajada.

31. Con cada carcajada vio que las esferas palpitantes más pequeñas se endurecían y comenzaban a girar alrededor de las esferas que seguían siendo luz. 

32. Todo alrededor se movía y palpitaba al ritmo de su corazón.

33. Luego pues, El Eterno se conmovió. Y en su estremecimiento pronunció en la Lengua Original sus palabras primeras, que en todas las lenguas de los mundos equivalen a:

 “Yo Soy” 

Y aquí estamos.
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