Delirios del sin sentido I

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I

Vuelvo a ser feto flotando en almíbar
pero el mundo sigue siendo frío y seco
Todos los vecinos tienen perros con rabia
a todo segundo hay ladridos,
y graznidos de cuervos fantasmas

Voy perdiendo el habla
la coordinación motriz, mucha sinapsis
pero con mis ojos de embrión en reversa formación
logro reconocer al murciélago que dormita
en la esquina de esta recámara:
le ha crecido barba

Necesito agua
No,.:;... necesito dejar de necesitar
cesar de pensar
parar el corazón
y que el viento me lleve
a donde le de su gana

II

Comienzo a conocer a las arañas,
apreciarlas
aunque estoy débil y expuesto
tejen sábanas sobre mi cuerpo
con sus largas patas
me acarician delicadamente
el esqueleto

El intelecto,
como la coraza de un insecto seco
envuelto en telaraña,
¡Vaya farsa!

III

¿Por qué mi primer recuerdo del mundo
no fue a través de la primer fisura
en un huevo?
¿Por qué las células se me escapan?
¿Por que envejezco?
¿por qué ha dejado de llover
ahora que las ranas comenzaban a cantar
cánticos en coros perfectos?
¿Por qué no vuelo, por qué no canto
por qué no puedo llorar?
¿Por qué me estoy quejando?
¿Por qué estoy filosofando
como cuadripléjico?
¿Por qué me pregunto esto?
¿Por qué me pregunto el porqué del ¿por qué?
y el ¿por qué? de los porqués (¿o porquéres?)?
¿No es patético?

IV

Me reduzco.
Me reduzco
Reducido como a casi algo
parecido a una casi larva
busco refugio, mudanza
al inframundo
debajo de la cama
o quizás a los inhóspitos valles
de la almohada

Ácaros, criaturas fantásticas
de cuentos de hadas para entomólogos
fetichistas de arácnidos
ácaros, no lo sé
tampoco hacen otra cosa que no sea
comer y cagar
como todos los de mi mundo

No.
Yo quiero, busco y merezco
una morada celeste
por encima de las nubes
Yo quiero un alma
¡colmada de virtudes!

¡Yà! ¡Calla! ¡yá!
¡Ya! ¡Basta ya!
¡Levántate y anda, güevôn!
¡Ya salió el sol!
¡El universo es tuyo!

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